EL
PAPADO
Cuando
pienso en la primacía de Pedro, o sea su liderazgo sobre los otros apóstoles,
me parece mentira que por tantos años de mi vida, yo no creía en ello. A veces
pienso ¿Qué versión de los evangelios estaba yo leyendo?”. Cuando usted lee en los
evangelios la primacía de Pedro está en todas partes. De hecho a Pedro
se le menciona 195 veces; el más cercano a él es Juan, con 29; después viene
Santiago el Mayor con 19; Felipe, 15 veces, y los demás apóstoles incluso
menos. No hay duda. Cuando vamos a los
evangelios podemos ver que Pedro es el
líder.
Voy a mencionar tres de los textos clave que tratan con este tema:
Vamos a Mateo 16:15-19.
Ustedes recordarán este texto tan famoso. Jesus estaba hablando a los
apóstoles, y les preguntó “¿Quién dicen los hombre que soy yo?”. Ellos
contestaron “unos dicen que eres Elías, otros dicen que eres Jeremías… este profeta, aquel profeta, etc.” Entonces
Jesus les dijo: “Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?”. Pedro contestó “Tú eres
el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Jesús le respondió: “Bienaventurado eres
tú, Simón, hijo de Jonás, pues esto no te lo ha revelado carne ni sangre, sino
mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre
esta Piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán
contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos, y todo lo que
atares en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en el cielo.” Creo que no puede estar más claro. Jesús
entrega a Pedro las llaves que simbolizan autoridad. Si usted entrega las
llaves de su casa a alguien, más vale que usted tenga confianza en tal persona,
pues el tal tendría autoridad sobre su casa.
He desarrollado diez
puntos en Mateo 16 que demuestran la primacía de Pedro. Si tiene un bolígrafo a
mano, sería bueno que usted fuera tomando nota.
He aquí las diez razones
más importantes que demuestran que a Pedro se le concedió
I. Muchos de nuestros
hermanos protestantes, incluyéndome a mí mismo cuando era pastor protestante,
piensan que hay una diferencia en el texto griego entre las dos palabras usadas
en el texto, que se traducen como “piedra o roca”. El texto dice: “Tú eres
Petros, y sobre esta Petra, edificaré mi iglesia”. A causa de esta distinción
(petros y petra), la conclusión es que cada una de estas dos palabras tiene un
significado diferente. La primera palabra, “petros”, sería “piedra” o “roca pequeña”. La segunda,
“petra”, sería una gran piedra o una roca de grandes proporciones. La primera
piedra o roca pequeña se estaría refiriendo a Pedro, mientras que la segunda piedra o roca grande se estaría
refiriendo a Jesús. Pedro sería la roca pequeña y Jesús la roca grande: Jesús
no estaría edificando su iglesia sobre Pedro, sino sobre sí mismo.
Ahora, bien, vamos a responder a este argumento
para clarificar este mal entendido.
Amigos, este argumento no se ajusta a la
realidad de que el texto quiere comunicar. Petros y Petra son masculino y
femenino de la misma palabra, que significa “roca o piedra de grandes
proporciones”. La diferencia de significado sencillamente no existe. La palabra
Petra en griego es un nombre femenino. Nadie discute esto. Esto es interesante:
¿Sabían ustedes que la palabra Petra nunca fue usada en la historia del idioma
como un nombre propio? Nunca antes alguien fue nombrado Roca. Podría haber
sucedido que cuando Jesús cambió el nombre a Pedro, Mateo, que lo escribió cierto tiempo después
en griego, dijese “Nunca ha habido nadie con el nombre de Roca. ¿Qué puedo hacer?. No podemos nombrar a nuestro primer
papa Petra, porque eso sería parecido a llamarle Paula o Susana, pues es un
nombre femenino”. ¿Qué es lo que hizo? quitó la última letra, “alpha”, y la
sustituyó por las letras “ömicron” y “sigma”. Petra, de este modo, viene a ser
“Petros” (convirtiendo la palabra Roca en masculino).
Con frecuencia suelo
proponer a nuestros amigos protestantes la siguiente propuesta, especialmente
si son fundamentalistas, “Muéstrame un solo lugar en las Escrituras donde
“petros” conlleve el significado de “piedra o roca pequeña”, y, entonces,
volveré a ser protestante; me uniré a su iglesia Bautista mañana mismo”. Nunca
podrá encontrar una sola referencia a esto, pues no existe. ¿Qué tenemos aquí,
entonces, amigos? En este punto primero
tenemos una tradición protestante que no se puede apoyar con las Sagradas
Escrituras. A los fundamentalistas no les gusta que se les diga que ellos están
creyendo en una tradición que no se encuentra en las Escrituras. De tal cosa
ellos nos acusan, diciendo: “ustedes, los católicos, enseñan tradiciones que no se encuentran en
las
II. Sabemos por
Pero incluso más importante que eso. Sabemos
que Jesús hablaba en arameo. Hubo ocasiones en las que Jesús habló en hebreo;
tenemos evidencia de eso en las Sagradas Escrituras, pero normalmente él
hablaba en Arameo, que era la lengua común de aquel tiempo. Por supuesto que él
pudo haber hablado en griego si hubiera querido, pero él solía estar con la
gente común del pueblo, que hablaban arameo.
Así, pues, Jesús no utilizó los términos
griegos “petros” o “petra”. ¿Qué palabras utilizó Jesús? Vamos a investigar.
En caso de que Jesús
hubiese hablado en hebreo antiguo, habría podido elegir entre un par de
palabras: “stela” o “tsur”. Estas dos palabras significan “roca” en el Antiguo
Testamento. Si hubiese utilizado el término “tsur”, hubiera habido un
precedente de un hombre llamado “tsur” anteriormente. En Isaías 51:1-2, Dios, a
través del profeta, dice a Su Pueblo: “Miren a Abraham, su padre”. Fíjense en
la manera que lo hace… Les está exhortando a mirar a Abraham, su padre, como un
ejemplo, y dice “Escúchenme ustedes, que anhelan la justicia y que buscan al Señor. Vuelvan a su origen, miren la roca,
la cantera de donde fueron sacados, miren a Abraham, su padre,”. La palabra
“roca” en este texto, es la traducción del término hebreo “tsur”. Aquí Dios
está llamando a Abraham “roca”. Si Jesús
hubiese utilizado esta palabra para nombrar a Pedro, habría habido un
precedente. No obstante, Jesús no usó ni
“tsela” ni “tsur” - aunque, de nuevo, cualquiera de los dos términos significa
“roca” en sentido general.
¿Qué palabra usó Jesús? ¿Cómo le nombró a
Pedro? Le llamó “kefa”, que es la palabra aramea que significa “roca” o “piedra
de gran magnitud”. ¿Cómo lo sabemos? Mirémoslo:
En Juan 1:42: Andrés presentó a su hermano Pedro a Jesús. Jesús le miró
y dijo “Tú eres Simón, hijo de Jonás, tú te llamarás Kefas, (que quiere decir
piedra)”, y usa la palabra “petros”. Alguien podría decir “pero no dice kefa,
sino kefas”. La transcripción de la palabra “kefa” al griego - no la traducción,
sino la transcipción - es “kefas” Esto no tiene ninguna importancia. Lo
verdaderamente importante es el hecho de que usa la palabra KEFA. Jesús dijo
que el nombre de Simón cambiaría a Kefa”, que
traducido al griego es “petros”, como dice el texto. Claro que “petros”
es “petra” en masculino, pero en el arameo “kefa” no es ni masculino ni
femenino. Así, Jesús, hablando arameo - y según sería escrito por Mateo
originalmente en este idioma - diría a Pedro “Tu eres Kefa, y sobre esta Kefa
edificaré mi iglesia”. Originalmente no hubo dos palabras, sino una. Además, en
arameo hay una manera de decir “roca pequeña”. Si Jesús hubiera querido decir
“Pedro, tú eres una roca pequeña, pero yo soy
III. Este es un punto muy interesante. Hay dos
palabras en el texto griego que el autor podría haber utilizado al traducir el
evangelio de Mateo al griego si hubiese deseado hacer esa distinción entre dos
rocas o piedras; una es “petra”, que ya hemos mencionado; y la otra es
“lithos”. Estas dos sí que tienen significados diferentes: “petra”, como ya
hemos dicho, siempre connota la idea de “gran roca o piedra de gran magnitud”.
No hay diferencias de opinion con nuestros amigos los protestantes en este
punto. Sin embargo, “lithos” siempre es una piedra o roca pequeña. Por ejemplo:
en Mateo 4:3 el diablo muestra a Jesús ciertas piedras y le tienta - Recuerden
cuando Jesús estaba en el desierto ayunando por cuarenta días - y el diablo le
dijo “si eres Hijo de Dios haz que estas piedras se conviertan en pan”. ¿Qué
palabra usa para “piedras”? Adivinen. !Sí! , “lithoi”, que es la forma plural
de “lithos”. Obviamente el diablo no se estaba refiriendo a rocas grandes.
Otro ejemplo: cuando Jesús declaró que él mismo
era Dios. Recordemos que él no sólo lo declaró, sino que lo demostró:
resucitando a los muertos, haciendo milagros que requieren poder divino,
diciendo que él estaba haciendo estas señales por medio de su propio poder.
Jesús tuvo la audacia de decir cosas como in Juan 2:18 “Destruyan este templo,
y en tres días lo levantaré de nuevo”. ¿Qué nos enseña eso acerca de Cristo?
¿Puede algún ser humano resucitarse a sí mismo después de morir?. !No! Requiere
poder infinito hacer tal cosa. El demuestra, así, que él es Dios. También en
Juan 10 él dice “ustedes están en mi mano… nadie puede arrebatarles de mi mano;
están en la mano de mi Padre, y nadie puede arrebatarles de la mano de mi
Padre… Yo y el Padre somos uno.” (vrs. 30). Los judíos inmediatamente cogieron
piedras para apedrear a Jesús, pues se estaba presentado ante ellos como Dios.
La palabra utilizada en este texto, que se traduce como “piedras” es “lithoi”,
de nuevo. Claro que no iban a coger rocas enormes para arrojárselas a Jesús,
pues no podrían ni levantarlas.
He aquí otro texto
incluso mejor: I Pedro 2:5:9. !Escuchen esto! Pedro se refirió a nosotros los
cristianos como piedras. Somos parte de la construcción, que forma el
Tabernáculo de la fe (habla de un Templo espiritual). Somos muchas piedras que forman el Templo santo de Dios.
Adivinen que termino utiliza aquí para “piedras”: “lithoi” otra vez. Fijense
que él no llama al Cuerpo de Cristo “petroi” (o sea su propio nombre dado por
Cristo), sino “lithoi”. ¿Por qué? Porque Pedro conoce que “petros” no significa
“piedra pequeña”, lithoi es el término para ello. Nosotros somos llamados “piedras” que forman el Tabernáculo
de
IV. Miren el contexto inmediato. Fíjense en lo
que Jesús dice a Pedro: “Bienaventurado eres tú, Simón…”. En griego se usa el
pronombre personal, segunda persona del singular. Y sigue diciendo: “y también
te digo a tí… tú eres Pedro, a tí te daré las llaves del Reino de los Cielos.
Todo lo que tú atares en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que tú
desatares en la tierra será desatado en el cielo”. He contado siete veces que
Jesús usa el pronombre personal en segunda persona del singular en sólo tres
versículos. !Siete veces!. Jesús dice “tú, tú, tú, tú, tú, tú, a tí…”. No
tendría ningún sentido - en este contexto - que Jesús esté dirigiendo todo a
Pedro, y en el medio de todo, él dijera “Pedro, voy a edificar mi iglesia sobre
mí mismo”. Carece de todo sentido. “a tí te daré las llaves del Reino… todo lo
que tú atares… todo lo que tú desatares…” El contexto es claro, Jesús está
dando autoridad a Pedro; de eso tratan estos versículos.
V. Es muy significativo el hecho de que Jesús
cambiase el nombre de Simón a Pedro.
Cuando Dios llama a
algunos hombres y mujeres de Su pueblo a experimentar un cambio especial en sus
vidas, El cambia, así también, sus nombres; les da un nombre nuevo que refleja
dicho cambio. Seguro que ustedes pueden pensar en algunos de estos. Piensen en
algunos de los patriarcas del Antiguo Testamento, a los que Dios cambió sus
nombres. El primero es Abraham. ¿Cuál era el nombre de Abrahán antes de ser
Abaham?. Era Abram, que significa “padre”, mientras que Abraham significa
“padre de las multitudes” o “padre de las naciones”. Fíjense que Dios llama a
Abram a ser el padre de las naciones. Dios le dio un nombre que habla de ese
cambio en su vida . El vino a ser el patriarca del Pueblo de Dios, Su Iglesia
universal.
Piensen en otro caso. ¿Qué de Jacob? Jacob,
cuyo nombre significa “subplantador” o “el que agarra el talón”, es cambiado
cuando experimentó una transformación en aquella noche luchando con el ángel.
Jacob estaba luchando con Dios. Si
recuerdan, Jacob ganó la lucha, perdiéndola. El ángel le dijo “Déjame ir”, y
Jacob le dijo “!no!. No dejaré ir hasta que me bendigas”. El ángel intentó
marcharse, pero no podía. Finalmente el ángel dislocó su cadera. Le hirió tanto
que Jacob quedó cojo para el resto de su vida. Jacob quedó cojo como resultado
de aquel encuentro que tuvo con Dios. El fue transformado para siempre desde
ese día. Dios tocó su vida y le transformó,
y cambió el nombre de Jacob (que significa “subplantador”) a Israel, que
significa “el que prevalece con Dios”.
Otro ejemplo: esta vez
de un matriarcado, Sarai… ¿Recuerdan a Sarai, la esposa de Abrahán? ¿Cuál fue
su nuevo nombre? SARA. Sarai significa “mi princesa”. Su nombre cambió a Sara,
que significa “princesa” (Gen. 17:15). Ella vino a ser matriarca (o sea madre)
del Pueblo de Dios. Ella es princesa
sobre la iglesia universal. ¿Les recuerda a alguien en particular en el Nuevo
Testamento? Sí, a María. Así, también,
el nombre de María fue cambiado cuando tuvo aquel encuentro con el ángel, quien
la dijo: “Salve, LLENA-DE-GRACIA (kaire keXaritomene)”. “Llena-de-Gracia” es
realmente un nombre, es un participio en el griego que hace la función de un
título dado a María. “Salve” (kaire), es
un saludo usado para la realeza, y va acompañado de un título o nombre después.
Por ejemplo: “Salve, el Cesar!”, que era el saludo que se daba al emperador
romano; or “!Salve, Rey de los Judíos! (Juan 19:3), cuando se dirigían a Jesús.
Lo que viene después de ese saludo real es un título. María viene a ser
VI. Este punto cobra mayor fuerza cuando vemos
el contexto de la declaración que Jesús hace acerca de las llaves, el atar y
desatar y demás. Vamos a Isaías 22 teniendo en cuenta este contexto. Debemos
recordar que Mateo escribe a los judíos, los cuales son conocedores de las
Sagradas Escrituras. Miren ustedes, a ver si pueden trazar algún paralelismo
con el texto de Mateo. Escuchen lo que dice Isaías: “El Señor te va a arrojar,
te agarrará y apretará…”. Debo aclarar algo aquí: Isaías, el profeta de Dios,
va a un primer ministro malvado. Algunos traducen este cargo como Maestro de
Palacio o el Mayordomo del Palacio. Él era el segundo en autoridad en lo
referente al Reino. Si uno entraba en conflicto con el primer ministro,
asimismo, entraba en conflicto con el rey. Si alguien no estuviese de acuerdo
con el primer ministro, no estaría de acuerdo con el rey. Poniéndolo en
términos actuales, el mensaje sería: “No entren en conflicto con el primer
ministro, porque él tiene la autoridad del rey”. Ahora, bien, Sobna era un
primer ministro malvado; Isaías viene a él como profeta, y le dice que Dios
quitará su posicón de autoridad, debido a los abusos que cometió. El profeta continua
diciendole “Te echará Dios como una pelota y te hará rodar hacia una tierra
lejana. Allí morirás.”. Después de su muerte su cargo sería dado a otro. Fijense que este oficio era para toda la
vida. ¿les resulta familiar? ¿Qué del papa? ¿Por cuanto tiempo dura el papado?
¿cinco años? Es para toda la vida. Continúa el texto diciendo: “Allí morirás, y
allí pasarán tus carrozas famosas; tú que deshonras la casa de tu amo. Te
destituiré de tu puesto, y te quitaré tu cargo. Aquel día llamaré a mi servidor
Eliaquim.”. Ahora, bien, Eliaquim - sabemos por 2 Reyes 18:18 - era el
secretario de Sobna. Y dice: “llamaré a
mi servidor, a Eliaquim, hijo de Hilcías, y le pasaré tu traje.” El traje
simboliza autoridad, como un juez que lleva vestimenta de tal oficio. Sigue el
texto diciendo: “y le colocaré tu cinturón, y le confiaré tu cargo; y será un
padre…”. Fijense en que Eliaquim sería un padre; el oficio de primer ministro
era un ministerio paternal para la casa de Israel. ¿Les recuerda esto a
alguien? Sí, claro, el papa. Hay un paralelismo significativo aquí. Y continúa
diciendo: “El será un padre para los
habitantes de Jerusalén y para la familia de Judá. Pondré en sus manos la llave
de
Hay otros lugares en el
Antiguo Testamento donde este oficio se menciona. Por ejemplo en 1 Reyes 18:3,
donde el Maestro del Palacio era entonces Abdías. Este era un buen hombre que
temía al Señor. En aquel tiempo reinaba Ajab, cuya esposa era Jezabel. ¿Recuerdan
a Jezabel? Esta era una mujer perversa que quería exterminar a todos los
profetas del Señor. Abdías era el
maestro del palacio (mayordomo de palacio, primer ministro). Él escondió a cien
profetas de Dios para protegerles. ¿Pueden imaginar a Abdías? Por un lado tenía
que obedecer al rey; no podía entrar en conflicto con él, pues podría costarle
la vida; pero al mismo tiempo él teme al Señor y quiere proteger a los
profetas. Abdías, en su puesto de
maestro del palacio tenía la llave del reino, y actuaba con la autoridad
del rey. Eso es lo que queremos enfatizar, y es lo que vemos en todos estos
textos.
Ahora,
bien, yo les pregunto: ¿quién es el rey en el Nuevo Testamento? !Jesús!. En
Apocalipsis 19:16. Jesucristo se presenta como el Rey de Reyes y Señor de
Señores. Y no solamente de un reino temporal, sino del Reino de Dios, que es
eterno. Siguiendo esta línea de pensamiento: pensemos: ¿tiene el rey Jesús un primer ministro o
maestro del palacio del reino?
Sigamos desarrollando esta idea: Es evidente, amigos, cuando nos fijamos en el
texto con el que estamos tratando, que aquí Isaías está hablando
proféticamente. ¿A qué me refiero?.
Eliaquim, el cual sería el nuevo primer ministro, sería, asimismo, padre
sobre ambos, Israel y Judá. ¿Cómo puede ser eso, cuando en el año
Ahora, bien, escuchen
este texto y veamos si podemos trazar algunas conclusiones. En Apocalipsis 3:7
dice así: “Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Así habla el Santo, el
Verdadero, el que guarda la llave de David; si él abre, nadie puede cerrar, y
si él cierra, nadie puede abrir…” ¿Quién está hablando? !Jesús!. y se dice que
él guarda la llave de David, ¿de dónde viene esa idea? ¿dónde hemos leído eso
anteriormente? En Isaías 22, claro. Y Apocalipsis continúa diciendo las mismas
palabras de Isaías: “si el abre nadie puede cerrar, y si el cierra nadie puede
abrir?. Jesús está diciendo con otras palabras “yo soy el cumplimiento de
Isaías
Yo participé en un debate con un ministro
protestante, y cuando toqué este tema se terminó mi turno para hablar.
Entonces, el pastor protestante subió a la plataforma y dijo “usted no ha
demostrado nada, en cuanto al papado o la autoridad de Pedro, porque en
Apocalipsis 3:7 Jesús dice que él tiene la llave de David; él es quien abre y
ninguno cierra, y quien cierra y ninguno abre. De este modo, es Jesús al que se
refiere Isaías 22, no Pedro”. Yo estaba deseando salir al frente para explicarle,
pero tenía que dejarle hablar. Yo permanecí sentado con dignidad, pero por
dentro estaba que explotaba. Cuando me levanté a hablar de nuevo en mi turno
dije: Por supuesto que Jesús tiene la llave de la casa de David… No se trata de
que el rey haya entregado la llave del reino al primer ministro, y después él
no tiene nada que ver con su propio reino. ¿Se imaginan ustedes a un rey así?
diciendo “mi primer ministro ahora tiene todo el poder; yo ya no puedo hacer
nada” Imaginemos a Jesús no pudiendo
hacer nada, porque Pedro tiene las llaves del Reino y lo gobierna todo. !Claro
que no! La llave es un símbolo de autoridad, se trata de una autoridad
delegada. Por supuesto que Cristo tiene la llave, pero el punto con el que
estamos tratando aquí es que Jesús no es el primer ministro, sino él es el Rey,
y el Rey delega su autoridad entregando sus llaves a su primer ministro, quien
actúa en su nombre, y que, cuando él habla, todos deben obedecer or de lo
contrario experimentarán la ira del rey. Este es el punto de Apocalipsis 3:7.
Creo que lo deje bastante claro en el debate.
¿Qué nos dice entonces Apoc. 3:7 acerca del Rey
Jesús? Nos dice que él es Dios, que es infalible, lo que él hace, nosotros no
podemos deshacer. Y cuando Pedro usa la autoridad de las llaves, está usando la
autoridad del Rey; y, por tanto, lo que él hace nosotros no debemos deshacer;
de hecho, nadie puede deshacerlo, pues él está actuando con la autoridad de
Jesucristo mismo, el Rey.
VII. Cuando examinamos este texto en el que
Jesús dice a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi iglesia”
Fíjense aquí que el autor inspirado usa el pronombre demostrativo (“esta
piedra”). El pronombre demostrativo cuando es usado con la conjunción “y”
siempre se está refiriendo al nombre que le precede. O sea que, si Jesús
hubiera querido referirse a dos tipos de piedras diferentes (una grande y otra
pequeña), él tendría necesariamente que haber dicho “Tú eres Pedro, pero
sobre esta piedra edificaré mi iglesia.” En ese caso, tendría que haber usado
la palabra griega “alla”, que significa “pero”, en vez de la conjunción “kai”.
Asimismo, habría usado “lithos” y “petra”; or, en arameo, “etna” y “kefa”.
Ustedes ya conocen el significado de estos términos.
Staples
1-B
¿Cuántos de ustedes han
oído esto? “No podemos llamar a Pedro Roca, porque Jesús es
Vamos a Efesios 2:20, donde san Pablo dice lo siguiente: “edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo la principal
piedra del ángulo.” Alguien puede decir “!Espera! Las Escrituras deben estar
confundidas aquí. Yo pensaba que Jesús era el único fundamento, sin embargo en
Efesios dice que los apóstoles son el fundamento”. En Apocalipsis 21:14 se dice que la iglesia
tiene como fundamento a los Doce Apóstoles. ¿Cómo es posible que Jesús sea el
único fundamento, y los apóstoles también?
Del mismo modo, como ya mencioné antes, “Sólo Dios es
Debemos entender la naturaleza del Cuerpo de
Cristo. No hay contradicción alguna al decir que Dios y Abraham son
La clave
para entender esto se encuentra en Efesios 3:14-15, donde
Siguiendo esta línea de pensamiento, no hay
contradicción alguna al decir que Pedro y Jesús son
¿Saben ustedes que Jesús es el único Pastor?
¿el único Obispo? Esto nos dice I Pedro 2:25. Sin embargo, tenemos muchos pastores; la palabra en griego “poimenoi”, se encuentra en todas
partes en el N.T; por ejemplo en Ef. 4:11, cuando se mencionan los ministerios
de la iglesia, Pablo dice que hay apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. ¿Cómo puede ser entonces
que Jesús sea nuestro único Pastor?. Porque los pastores participan en el
pastorado de Cristo. Así, mismo, tenemos un solo Obispo, Jesucristo. Pero
tenemos muchos obispos (episcopoi). Es el mismo principio. Lo mismo se aplica a
IX. Fíjense en el paralelismo existente entre
la pregunta del sumo sacerdote Caifás y la respuesta de Pedro a Jesús. Esto es
lo que quiero decir. En Marcos 14:61, el sumo sacerdote confronta a Jesús, y le
dice “Dinos… ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Dios viviente?” El usa las
palabras correctas en su pregunta, pero lo hizo con incredulidad; mientras que
san Pedro, como ya leímos, - cuando Jesús pregunta “¿Quién dicen ustedes que
soy yo?” - él responde con fe “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
¿Qué nos dice esto? Que el sumo sacerdote del Antiguo Testamento, Caifás,
estaba cesando, para que fuese cumplida su posición por el sumo sacerdote del
Nuevo Testamento, que es Pedro.
Algunos
podrían objetar esto, diciendo “Jesús es nuestro Sumo Sacerdote, según Hebreos
3:1”. Por supuesto que sí, Jesús es nuestro Sumo Sacerdote, pero Pedro es el
sumo sacerdote, porque él participa en el Sumo Sacerdocio de Jesúcristo, y él
es la manifestación visible de tal Sumo Sacerdocio en la tierra. De hecho,
todos los obispos, según el Catecismo, son sumo sacerdotes en esta tierra, pero
Pedro tiene la primacía sobre ellos.
X. Algunos pueden pensar que estamos perdiendo
de vista lo más importante de Mateo 16. Cuando Jesús dice “Bienaventurado eres
Simón, pues esto no te lo ha revelado carne ni sangre… Tu eres Pedro, etc.”.
Algunos pueden pensar que estamos enfocándones demasiado en Pedro, cuando de
hecho deberíamos estar fijándonos en su fe, porque es la fe de Pedro sobre la
cual Jesús está edificando la iglesia, no la persona de Pedro.
Esto se suele enseñar entre nuestros amigos los
evangélicos. Cuando la gente va a una campaña evangelística de Billy Graham, y
hacen confesión de fe, diciendo “tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”, los
tales vienen a ser “piedras” sobre las cuales Dios está edificando Su Iglesia.
Así, pues, el énfasis se pone en la confesión de fe, no la persona de Pedro.
Debemos tener cuidado cuando damos respuesta a
este argumento, porque este argumento es parcialmente correcto. El pasaje 424
del Catecismo Católico dice: “Movidos por la gracia del Espíritu Santo y
atraídos por el Padre, creemos en Jesús y confesamos “tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente”. Sobre la roca de esta fe que san Pedro confesó, Cristo
edifica su Iglesia.” Así, pues, este argumento es parcialmente correcto. Pero tengamos en
cuenta que el Catecismo no excluye a Pedro; Este pasaje destaca la fe de Pedro
y su confesión, pero hay otros pasajes donde el énfasis se pone en Pedro. Sin
embargo, nuestros amigos evangélicos
llegan al extremo de dividir completamente la fe de Pedro de la persona de
Pedro; toman su fe, y dejan su persona, y esto no se puede hacer. La fe de
Pedro no estaba flotando por ahí sola. No podemos separar la fe de Pedro de su
persona. El pasaje del Catecismo que acabamos de mencionar podría ser sacado
fuera de su contexto y encontrar un argumento a favor de los protestantes.
Podemos sacarlo fuera de su contexto para apoyar ideas y doctrinas que sencillamente
no se enseñan ahí. Sí; hay un énfasis en la fe de Pedro, pero hay un énfasis
aún mayor en la persona de Pedro cuando Jesús le dijo: “Bienaventurado eres tú
Simón… Yo te digo que tú eres Pedro… A ti te daré las llaves del reino… Todo lo
que atares… Todo lo que desatares…” Sí; la fe de Pedro es destacada aquí, pero
aún más lo es su persona. Ambas ideas forman parte de la verdad. Algunos Padre
de
Debemos tener mucho
cuidado cuando leemos las Escrituras, pues de lo contrario podríamos llegar a
ser Testigos de Jehová. Por ejemplo, I Tim. 2:5 dice: “Hay un solo Dios, y un
solo Mediador entre Dios y los hombre, Jesucristo hombre.” Así, pues, podríamos
sacar la conclusión de que Jesús es un hombre, no es Dios. Pero no dice que no
sea Dios, dice que es hombre. Nosotros creemos que él es hombre en sentido
completo, pero eso no es todo lo que enseñan las Escrituras. Cuando vamos a pasajes como Juan 1:1; 8:24;
8;58; Tito 2:13; Heb. 1:8; Apoc. 22:6; Juan 10:30, y tantos otros, podemos
observar que claramente se declara que Jesús es Dios. Del mismo modo hay que
tener cuidado de no sacar de contexto los pasajes acerca de Pedro.
En Lucas 22:29-32 Jesús, hablando a los
apóstoles, dice “…les doy autoridad como mi Padre me la dio a mí haciéndome
rey. Ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se sentarán en tronos
para gobernar a las doce tribus de Israel. !Simón, Simón! Mira que Satanás ha pedido
permiso para sacudirlos a ustedes como trigo que se limpia; pero yo he rogado
por ti para que tu fe no se venga abajo. Y tú, cuando hayas vuelto, tendrás que
fortalecer a tus hermanos.” Los judíos entendían muy bien este lenguaje acerca
del reino: ellos sabían lo que era un reino y su jerarquía, sabían lo que era
un rey y lo que era un primer ministro; sabían también que había príncipes
sobre las doce tribus de Israel que tenían autoridad real sobre cada una de las
tribus. Ellos estaban bien familiarizados con esto. Así, pues, les dice que les va a hacer doce
príncipes que se sentarán en tronos para gobernar a las doce tribus. En medio
de esta conversación, Jesús se dirige a Pedro y le dice: “!Simón, Simón! Mira
que Satanás ha pedido permiso para sacudirlos a ustedes como trigo que se
limpia…”. Fíjense que está hablando a Pedro, diciéndole que Satanás a pedido
permiso para sacudir a todo el grupo de
apóstoles. Entonces le dice “pero yo he orado por ti (singular, sou) para que
tu fe no se venga abajo… cuando hayas vuelto, tendrás que fortalecer a tus
hermanos”. Ahora, bien… Si usted fuese uno de los apóstoles, y Jesús dijese a
Pedro delante de usted “Simón, Simón… Satanás quiere sacudirles a todos
ustedes… pero yo he orando por ti”, ¿No dirían ustedes a Jesús “!Perdón, Señor!
Acabas de decir que Satanás quiere destruirnos a todos, y tú has orado sólo por
Pedro!!! ¿por qué no oras por todos y
cada uno de nosotros?. Observen que Jesús añadió a Pedro “cuando hayas vuelto, fortalecerás a tus hermanos…” . ¿No creen
ustedes que, en tal situación, no iban ustedes a procurar estar bien unidos a
Pedro?. Creo todos los obispos del mundo deben leer esto con frecuencia, pues
es un recordatorio de que ellos están protegidos y asegurados contra todo error
sólo cuando están en unión a Pedro, o sea, al Papa.
Vayamos ahora a
Juan 21:13.17. ¿Recuerdan la historia cuando Jesús pregunta a Pedro tres
veces que si le amaba?, y Pedro le
responde “si, Señor, tu sabes que te amo”.
Muchos no se fijan en los versículos que preceden a Juan 21:15-17, los
cuales son sumamente importantes para comprender bien el mencionado pasaje.
El pasaje dice que Jesús se manifestó a sus discípulos, después
de haber resucitado. Se encontraban en el
mar de Tiberiades, donde los apóstoles van de pesca. Estaban juntos Pedro,
Tomás, llamado Dídimo, Natanael, Santiago y Juan, y otros dos discípulos.
“Pedro les dijo: voy a pescar.” Quiero recordarles que este pasaje no está
puesto aquí solamente para narrar una salida a pescar, sino que ha sido puesto
aquí para comunicarnos algo importante referente a nuestra salvación. San
Juan nos dice en su evangelio
(20:30-31): “Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus
discípulos que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para
que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tendrán
vida en su Nombre.” Así, pues, esta historia no está puesta aquí porque Juan
estaba aburrido y quería matar el tiempo. Este pasaje está repleto de verdades
para nosotros que son necesarias para nuestra salvación. !Escuchen!. ¿Qué
hicieron los otros discípulos cuando Pedro dijo que se iba a pescar? Ellos
dijeron “vamos nosotros también contigo”. Esto no es sorprendente, si
recordamos que Jesús dijo anteriormente que el diablo quería destruiros a
todos, y que había orado por Pedro, el cual debía fortalecer a los demás. Mas les valía que permaneciesen bien unidos a
Pedro. ¿No les parece interesante?
Así,
pues, los apóstoles unidos a Pedro fueron a pesar. Y dice el pasaje que
aquella noche no pescaron absolutamente nada. Al amanecer, Jesús estaba allí en
la orilla, pero, dice el evangelio, que los discípulos no se dieron cuenta que
era Jesús. Jesús les dijo: “¿Tienen algo de comer?. Y le contestaron: Nada.
Entonces Jesús les dijo “echen la red a la derecha”. Cuando así lo hicieron
cogieron tantos peces que no podían sacar la red. “El discípulo al que Jesús
amaba dijo a Simón Pedro: “!Es el Señor!.” Es interesante que Juan fue el
primero en reconocer que era el Señor; no fue Pedro. Esto es importante, pues
nos recuerda de que el papa no es necesariamente el primero en reconocer alguna
verdad, aunque él es infalible. No obstante, Juan fue a Pedro inmediatamente, y
le dijo “!Pedro, es el Señor!.”. El no fue a Natanaél, ni a Tomás, ni a
Santiago ni a ningún otro apóstol, sino a Pedro.
Sigue el pasaje diciendo que apenas Pedro oyó
decir que era el Señor, se puso la ropa, pues estaba sin nada, y se echó al
agua. Los otros discípulos llegaron con la barca; de hecho, no estaban lejos, a
unos cien metros de la orilla. Ellos arrastraban la red llena de peces. Al
bajar a tierra encontraron fuego encendido, pescado sobre las brasas y pan.
Jesús les dijo: Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar.” Simón
Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres pescados
grandes.”
¿Qué
podemos aprender de esa red llena de 153 pescados? En aquellos tiempos había
153 naciones en el mundo conocido. Esos peces simbolizan el mundo entero.
Pescaron al mundo entero, en este sentido figurativo, y lo llevaron a la
orilla. Estos peces eran grandes, dice el texto, por lo que tardaron tanto, que
cuando habían recorrido los cien metros, Pedro había nadado ya a la orilla.
Jesús les dijo que trajeran algunos de los peces que habían
pescado, y Pedro “subió a la barca y
sacó la red llena de ciento cincuenta y tres pescados grandes, que había
costado tanto a los apóstoles arrastrar hasta la orilla… Él solo los sacó fuera
del agua y los puso sobre la orilla. Claro que, estando fuera del agua, la red
tenía que ser muchísimo más pesada… Pero Pedro lo hizo solo. Fíjense que el
autor inspirado dice que eran tantos peces, y sin embargo la red no se rompió.
O sea, que se trataba de un milagro el que sacase la red solo, y el que ésta no
se rompiese… ¿Qué nos dice todo esto? Que Dios dio a Pedro fuerzas
sobrenaturales para sacar “al mundo entero” fuera del agua - o sea, ciento
cincuenta y tres peces - al obedecer el mandato de Cristo Jesús. El tuvo
fuerzas sobrenaturales porque Jesús le dio tal orden. El es nuestro primer
Papa. Todos los obispos unidos, no pueden hacer nada verdaderamente, a menos
que estén en unión con Pedro. Toda su autoridad depende de esto. ¿No creen que hay una enseñanza aquí acerca
de la autoridad del papa?.
La red representa a la iglesia… El hecho de que
no se rompió, es un milagro… La iglesia reúne a todas las naciones… Es un
auténtico milagro que
Es en ese contexto que nos acercamos a Juan
21:15-17. No debemos perder de vista ese contexto, pues es lo que hace estos
versículos mucho más significativos y poderosos. Es entonces que Jesús dice a
Pedro: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?” Pedro le respondió: “si,
Señor, tú sabes que te quiero.” Jesús le dijo “Apacienta mis corderos”. Por
segunda vez Jesús le pregunta “Simón… ¿me amas?. Pedro le dijo “Si, Señor, tú
sabes que te quiero.” Jesús le dijo “Cuida de mis ovejas”. La tercera vez Jesús
le dijo “Simón … ¿me quieres?. Pedro se entristeció, y le dijo “Señor, tú sabes
todas las cosas; tú sabes que te quiero”. Y Jesús le dijo “Apacienta mis
ovejas. En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a
donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te
amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras” Jesús lo dijo para que
Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios”. Pedro, como
cuenta la historia, fue crucificado, siguiendo el ejemplo de su Maestro, Jesús.
Estos versículos están repletos de enseñanza
para nosotros. Fíjense en esto: Algunos dicen que la razón que Jesús está
hablando a Pedro es porque éste fue quien le negó; no porque tuviese primacía
alguna sobre los demás. Seguro que Jesús, al tratar de esta forma con Pedro,
tenía presente aquella negación - Tres veces le negó, tres veces le preguntó si
le amaba. Pero no debemos olvidar lo que dice Mateo 26:56, esto es que todos
los discípulos huyeron cuando tomaron preso a Jesús; todos le negaron, en este
sentido, no sólo Pedro. ¿Por qué trata con Pedro de manera especial? Hay algo
de mayor significado aquí, amigos. Aquí Jesús está llamando a Pedro a pastorear
su Iglesia sobre
Debemos mirar en el texto griego para poder
apreciar ciertos detalles que en las distintas traducciones no se pueden
reflejar claramente. Cuando Jesús pregunta a Pedro “¿me amas?”, la palabra ahí
es “agapais” (verbo “agapao”) esta palabra se refiere al amor de Dios. Hay
cuatro clases de amor en griego; hay cuatro palabras distintas que se traducen
por “amor”: “agape” es el amor de Dios, por ejemplo en Rom. 5:5 san Pablo habla
del amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo.
Este amor es un don, no lo podemos fabricar. Es un don que recibimos en el
bautismo y en los otros sacramentos, cooperando con la gracia de Dios podemos
crecer en esta clase de amor. Otra palabra es “filios” que es amor de amistad;
de ahí viene el nombre Filadelfia, que significa “amor fraternal”. La tercera
palabra es “storge”, que se refiere al amor familiar. Por último, el término
“eros”, que es el amor físico o sexual.
Volviendo al texto, Jesús dice a Pedro “Simón,
¿me amas?”. La palabra griega aquí es el verbo “agapao”, o sea que Jesús le está preguntando a Pedro
“¿me amas con amor divino?. Pedro responde “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”.
Pedro no el verbo “agapao” en su respuesta, sino “fileo”. No responde con amor
divino, sino con amor de amistad. El no
podía decir a Jesús que le amaba con amor divino, pues estaría recordando su
fracaso al negar al Señor. Así, pues, dicho de otra manera, Pedro respondió
“si, Señor, te quiero como se quiere a un amigo, con un amor humano”. Jesús le
miró de nuevo… sus ojos estarían traspasando el corazón de Pedro, quien se
estaría sintiendo como un miserable. !Qué bueno que Jesús no le rechazó por
haberle negado, diciendo: “¿A ti qué te pasa? ¿Por qué me has nagado tres
veces?”, “!Ya no serás
La segunda vez que Jesús le pregunta, “¿me
amas?” Pedro respondió de la misma manera “Señor, tú sabes que te quiero como
un amigo”. Y finalmente por tercera vez, le preguntó Jesús “¿Me quieres?. Aquí
usa el verbo “fileo”, el mismo que estaba usando Pedro para responderle las dos
veces anteriores. O sea que Jesús le preguntó esta vez diciendo esta idea
“Pero… ¿de verdad que me quieres como un amigo?” Entonces Pedro se entristeció
grandemente, porque esa tercera vez le preguntó si tan siquiera le quería con
amor de amigo. Pedro triste le dijo: “Señor, tú sabes todo, tú sabes que te
quiero como un amigo”.
Aunque Jesús estaba llamando a Pedro a ser el
pastor de pastores sobre su Iglesia, Él no se olvidó de que Pedro era un ser
humano con necesidad de sanidad. De este modo doloroso, Jesús llevó a Pedro,
como individuo, a verse a sí mismo tal y como él era. Y Pedro era un hombre
honesto; él no aparentaría ser alguien que no era… El diría: “Señor, este soy
yo”. Y Jesús diría “Sobre éste puedo edificar mi Reino”. Dentro de sí, Pedro
diría “Señor, no soy digno”, como se dice en las misas todos los días, citando
a Mateo 8:8, ¿Recuerdan al centurión romano que vino a Jesús con fe para que sanase
a su siervo?. El dijo: “No soy digno de que entres en mi casa, pero dí la
palabra y mi siervo sanará”. Jesús está buscando hombres y mujeres que son
honestos e íntegros, que están dispuestos a reconocer tal y como son… El toma
sus debilidades y las transforma para Su gloria. Eso es lo que hizo con Pedro.
Hemos visto como Jesús
trata con Pedro a este nivel personal y humano, con el fin de sanarle
interiormente. Pero hay otro nivel con el que trata en este texto, pues cuando
le preguntó que si le amaba, Jesús añadió “Apacienta mis corderos”, “Pastorea a
mis ovejas”, “Pastorea a mis ovejas”. Primeramente, en el griego se usa la
palabra “boske”, que siginifica “nutrir”; o sea que Jesús está diciendo “Nutre
o alimenta a mis corderos”. La segunda vez dice “poimaine”, o sea “pastorea a
mis ovejas” La palabra griega para “ovejas” es “probata”, que se refiere a las
ovejas mayores, no a los corderitos más pequeños (arnia). Finalmente dice “boske ta probata
mu”; o sea “Alimenta mis ovejas”.
¿Qué significa todo
esto? Significa que Jesús, el Buen
Pastor, está delegando su autoridad pastoral sobre Pedro. Juan 10:11 dice: “Yo
soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Si leemos más
adelante en el versículo 16, Jesús dice “habrá un solo rebaño y un solo
pastor”. ¿Cuál es ese pastor? . Yo solía enseñar que ese Pastor era Jesús. En
cierto sentido eso es cierto, pero no en este sentido profético. El significado
en el evangelio de Juan es que Pedro es el pastor. Jesús, que es el
Pastor, hace a Pedro el Pastor. Si
leemos con atención en Juan 10:11-16, se dice que habrá un rebaño y un pastor
sobre el mundo entero, incluyendo a los gentiles. Tengamos encuenta que Jesús
nunca vino a los gentiles. Mateo 15 dice
“Yo no vine, sino a por las ovejas perdidas de la casa de Israel”.
Evidentemente, ese pastor en Juan 10:16 no es Jesús - claro que sí es Jesús, en tanto y cuanto Pedro está en
Jesús. Pero es Pedro quien en el libro de los Hechos de los Apóstoles 10-15,
abre las puertas de
Permítanme hacerles una pregunta: Cuando Jesús dice a Pedro
que alimente a sus corderos y que pastoree a sus ovejas, o sea las pequeñas y
las grandes, que las alimente y que las pastoreé, etc. ¿a cuántos corderos y a cuántas ovejas se
refiere? !!!A todas!!!. No hay nada más claro que eso. No es que Jesús fuese a
pastorear a unas, y Pedro a otras. Jesús hace a Pedro el pastor sobre la
iglesia universal, sobre todo el mundo. Nos dice