El esplendor de la verdad
Para conocer tu fe y la Iglesia que Cristo fundó
LA BIBLIA Y LA IGLESIA

LA BIBLIA Y LA IGLESIA

 

 

         Vamos a tratar el tema de Sola Escritura (la Biblia como única fuente de autoridad para determinar asuntos de fe y moral). Sola Fide (sola fe) es el principio material de la Reforma Protestante; y Sola Escritura es el principio formal de la misma. Con estos conceptos me crié, pues vengo de una familia Bautista. Pensando es esto me acordé de una historia: Había un hombre que estaba atravesando un problema en su vida, y necesitaba dirección espiritual de Dios. El oró, diciendo “Dios, por favor, muéstrame lo que debo hacer.” Después de orar sacó su Biblia y la abrió, con los ojos cerrados señaló uno de los textos escogidos al azar, sin él saber lo que decía. Cuando abrió los ojos vio que su dedo estaba señalando a san Mateo 27:5, donde dice “y Judas salió y se ahorcó”. Así, pues, el hombre dijo para sí “el Espíritu debe haber cometido un error. Voy a intentar de nuevo.” El siguió orando “Señor, por favor, ayúdame”. Una vez más cerró los ojos, abrió la Biblia y señaló con su dedo  parte del texto. Cuando abrió los ojos vio que se trataba de Jueces 7:17 donde dice “Vé, y haz tú lo mismo”. Finalmente el hombre se dio cuenta de que esta no es la forma ideal de buscar el consejo de Dios. Ahora, bien, no estoy diciendo que todos los que creen en Sola Escritura hacen esto, y así lo enseñen. Algunos se han enfadado conmigo cuando he contado esta historia, porque, como ellos mismos confesarían, algunas veces hicieron esto mismo para buscar dirección de Dios.

Probablemente ustedes hayan oído ideas diversas… por ejemplo, tal vez hayan oído a los fundamentalistas decir: “los católicos encadenaron la Biblia a las iglesias, y la gente no podía tener Biblias en sus casas… Lutero y Wiclyfe fueron atacados por la Iglesia Católica, porque ellos querían poner la Palabra de Dios en las manos del pueblo, pero la Iglesia dijo !no!, y intentaron alejar la Biblia de las manos de la gente”. Podríamos tomar semanas y meses al tratar con los diferentes mitos que circulan en contra del catolicismo. ¿Es verdad que la Iglesia encadenó la Biblia impidiendo que llegase a las manos del pueblo? Sí, la Iglesia hizo eso en la Edad Media, pero no porque no querían que la gente leyera la Biblia, sino porque la Biblia era tan valiosa y preciosa, que no querían que fuera robada, abusada, malinterpretada, quemada, etc. Así, pues, se encadenó a las iglesias para proteger la Palabra de Dios.

¿Qué podemos decir acerca del rechazo de las biblias de Lutero y Wiclyfe? ¿Por qué la Iglesia las condenó? La Iglesia no condenó la Palabra de Dios, sino las traducciones de Lutero y de Wiclyfe. ¿por qué? Porque eran malas traducciones. De hecho, ¿Cuántos conocen ustedes que usan hoy la traducción de Wiclyfe? Ni uno… ¿por qué? Porque era una traducción malísima, como también lo fue la de Lutero. Lutero añadió palabras a la Biblia… como por ejemplo en Romanos 3:28: 4:5; Gálatas 2:6, donde añadió la palabra “sola”, donde san Pablo dice que somos justificados por la fe, allí Lutero añadió la palabra “sola”. Nosotros los católicos creemos en la justificación por la fe, pero no creemos en la justificación por la sola fe, pues en  Santiago 2:24 la Escritura dice que nuestra justificación es por la fe, acompañada de obras. Lutero añadió una palabra al texto bíblico que cambió completamente su significado original. Con razón la Iglesia condenó su traducción de las Escrituras. Y no sólo por su traducción, sino por algunos de sus comentarios que se pueden leer en su biblia. Por ejemplo, el llamó a la epístola de Santiago, “epístola de paja”, y añadió que si dependiera de él se desharía de ella. Apocalipsis 22:19ff advierte en cuanto al añadir y al quitar a la Escritura, que vendrían castigos y condenación para los que hicieran tales cosas.

He aquí otro comentario, esta vez del libro “Catolismo Romano”, escrito por un pastor presbiteriano, que ya partió para recibir su recompensa. El dijo que en el concilio de Valencia, en el año 1229 dc, la Iglesia Católica condenó la lectura de las Sagradas Escrituras. ¿Cuál es el problema aquí? El problema es que no hubo tal concilio de Valencia en 1229. De hecho, Valencia está al sureste de España, y estaba controlada por los musulmanes. Imagínense ustedes si el santo padre dijese “Vamos a tener el Concilio Vaticano III en la Meca”. ¿Cómo creen ustedes que esto sería recibido en Arabia Saudí? Claro, que eso es imposible. Pues este, y muchos otros mitos han estado circulando a través de los siglos en contra del catolicismo.

El mito del concilio de Valencia lo he encontrado en tratados, en comentarios de Tim LaHaye, el famoso evangelista fundamentalista, y en otros que podría mencionar ahora, pero que no quiero meterme con ellos.

En este tema de hoy, me gustaría cubrir tres puntos sencillos. Voy a plantear y responder a tres preguntas en relación con el tema de Sola Escritura: 1) ¿Es razonable?, 2) ¿Es histórico?, y 3) ¿Es bíblico?.

 


 

 

I.     ¿Es razonable la doctrina de Sola Escritura?

 

         El Cardenal James Gibons escribió su libro clásico “La Fe de Nuestros Padres”, el cual recomiendo encarecidamente. Es un libro buenísimo. Yo lo leí cuando aún era protestante. Un amigo católico que compartía conmigo su fe, me lo regaló, y yo lo tiré en el maletero de mi coche… No lo tiré a la basura, claro… pero lo dejé allí olvidado. Un año después, cuando abrí el maletero, lo ví y lo tomé; estaba todo arrugado y manchado por la humedad. Se me ocurrió leerlo, y quedé maravillado.

El comenta que la doctrina de Sola Escritura no es razonable, si no hay un interprete infalible. Lo compara a un Parlamento sin Tribunal Supremo. Y dijo “Imaginen lo que hubiera pasado si los padres fundadores de Estados Unidos, hubieran clavado a un muro la Constitución en 1787, y se hubieran sentado y publicado el edicto de que en cada casa debería haber una copia de Constitución, y que cada uno debería interpretarla según su propio criterio. ¿Cuánto tiempo piensan que los Estados Unidos de América hubieran durado? No mucho tiempo. Sin Tribunal Supremo, sin Presidente, no gobernadores, sin policía… Nuestra gran nación, no sería una gran nación. Si Dios hubiera establecido Su Iglesia sin un Magisterio infalible para interpretar las Sagradas Escrituras, adivino que en unos 460 años tendríamos unas 26.000 iglesias distintas. Precisamente la Reforma protestante tomó lugar hace 460 años, y eso es lo que tenemos hoy día, 26.000 iglesias distintas. Esto es exactamente lo que ocurre cuando no tenemos un intérprete autorizado e infalible de las Sagradas Escrituras. Recuerdo a mi amigo el católico que estaba compartiendo su fe conmigo; él me hizo una pregunta muy simple, y es: ¿Por qué aceptas el canon de la Escritura tal y como lo tenemos hoy?. Yo pensé “!qué pregunta más tonta!, !qué fácil de responder!”. Yo dije: “II Timoteo 3:16 dice eso, que toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”  El me dijo: “Eso es razonamiento circular… Eso no nos dice nada en cuanto la colección de libros canónicos que tenemos.” Él tenía razón. Razonamiento circular consiste en decir que el texto es inspirado porque el texto lo dice. Según tal razonamiento no podríamos decir a un Hindú que las Vedas no son inspiradas, pues él daría la misma respuesta “lo dicen las Vedas”. Lo mismo ocurriría con el Corán… ¿por qué el Corán no es inspirado si lo dice el mismo texto?. Podríamos seguir con el libro Mormón, o con los escritos de Mary Baker Eddy, todos claman inspiración.

No sólo eso, sino que cuando vamos al contexto de II Timoteo 3, en los versículos 14-15, vemos que Pablo encarga a Timoteo a estudiar las Escrituras que había conocido desde que era niño… ¿Incluye eso la epístola que Pablo le estaba escribiendo? Claro que no. Evidentemente está hablando del Antiguo Testamento. Cuando Timoteo era niño no existía ningún escrito del Nuevo Testamento.

 Teniendo en cuenta que el Nuevo Testamento no nos dice nada específico en cuanto al canon, hay únicamente dos posiciones que podemos tomar hablando razonablemente en cuanto al tema de Sola Escritura. Debemos tomar una de las dos posiciones: la de Lutero o la de Calvino.

Escuchen lo que dice Martín Lutero en su comentario sobre San Juan 16:

“Debemos mucho a los papistas, pues ellos poseen la Palabra de Dios que nosotros hemos recibido de ellos. De otro modo no hubiéramos sabido absolutamente nada al respecto”.

 

 ¿Qué nos dice esto? Me hubiera gustado estar allí viviendo en tiempos de Lutero, y haberle dicho “Martín, si los papistas - como tú los llamas - tenían la Palabra de Dios, y sin ellos no tendríamos conocimiento alguno sobre ella, si esa iglesia que formó el canon de las Escrituras es falible, entonces pudieron haber cometido un error cuando eligieron los libros del canon. Si pudieron cometer tal error, entonces no hay ninguna razón para creer en una Biblia que sea inspirada y libre de todo error. Recuerden 1 Pedro 3:15: Pedro dice que debemos dar razón de nuestra fe. El cristianismo no es irracional. No hay razón para creer en una Biblia que es inspirada por Dios y libre de todo error, si la fuente que nos la entregó no es infalible. No habría manera segura de saber si los libros que tenemos en el canon son los correctos.

Me hubiera gustado haber preguntado a Lutero: Si la Iglesia es en verdad infalible, lo cual demostró al darnos la Biblia, entonces “¿por qué dejaste la Iglesia?  Pues esa misma Iglesia que formó el canon de las Escrituras, también definió las doctrinas que tratan con la primacía del obispo de Roma, antes de que formase el canon de la Biblia. En el año 381 en el concilio de Constantinopla - antes de que la Iglesia formase el canon en 393 y 397 en los concilios de Hipona y Cartago - se declaró que el obispo de Roma tenía la primacía sobre todos los obispos. Si la iglesia fue infalible en el año 393, me quieren decir ustedes porqué no era infalible anteriormente en el años 381. Como ven, esto no es lógico. No tiene sentido. Aquí podemos ver que Lutero no reflexionó sobre las implicaciones de su propio comentario. La Biblia no puede ser mejor que la Iglesia que la dio. Así, pues, creemos que la Iglesia obró infaliblemente al darnos la Biblia que es, asimismo, infalible.

La otra posición sería la de Calvino. He aquí una cita de su obra suprema, “La Institución de la Religión Cristiana”:

 “Es necesario prestar atención a lo que he dicho últimamente, que  nuestra fe en la doctrina no se establece hasta que tenemos una convicción perfecta de que Dios es su Autor. De este modo la mayor prueba de la Escritura se toma uniformemente del carácter de Aquel de quien es la Palabra. Los profetas y apóstoles no se glorían en su agudeza ni en cualidades de las que se da crédito a los que hablan, ni siquiera se apoyan en razones, sino que ellos apelan al Santo Nombre de Dios para que el mundo entero sea sujeto en sumisión.

Lo siguiente que se ha de considerar es como parece no meramente probable, sino cierto, que el Nombre de Dios no es pretendido ligera o astutamente.

Si entonces consultamos con la mayor eficacia, a causa de nuestras conciencias, y las salvásemos del ser conducidas de un lugar a otro en un mundo de incertidumbre, de vacilar, y de tropezar con el menor obstáculo, nuestra convicción de la verdad de la Escritura debe derivarse de una fuente superior a las conjeturas humanas, es decir el testimonio secreto del Espíritu.”

 

Así es como los mormones saben que su libro mormón es inspirado por Dios, por el testimonio interior. Pero ¿cómo podemos estar seguros de ese testimonio interior? ¿No puede ser un simple sentimiento humano? ¿o una comida que nos ha sentado mal?. Necesitamos algo más que un simple testimonio interior subjetivo. Necesitamos razones lógicas.

Calvino sigue diciendo:

“Es de hecho verdad que si decidimos la opción de argumentar es fácil establecer por medio de diversas evidencias que si hay un Dios en el Cielo, la Ley y las profecías en los evangelios proceden de Él. Aunque hombres bien educados y de gran talento tomen la postura opuesta, algunos de ellos mostrando sus poderes y genialidad en la discusión y demás, veremos más adelante que el volumen de la Sagrada Escritura sobrepasa ampliamente a toda otra escritura… Son obras maravillosas.

Si estos hombres sabios no están poseídos de un afán desvergonzado, ellos se verían obligados a confesar que la Escritura exhibe evidencia clara de haber sido hablada por Dios, y, como consecuencia, que contienen su doctrina celestial…. Si lo miramos con claridad y sin prejuicios, se presentará a sí misma con su divina majestad, que subordinará nuestra oposición presumida y nos forzará a hacerlo así.”

 

Así, pues, Calvino dijo que la Biblia es Palabra de Dios porque es maravillosa. Apeló, asimismo, al testimonio interior del Espíritu Santo, el cual nos da la seguridad de que el canon de las Escrituras es de Dios.

 Yo desafío a cualquier persona a leer II y III de Juan, dejando de lado todo prejuicio, y díganme y sienten al Espíritu hablarles diciéndoles que esas epístolas son inspiradas. Incluso en la Iglesia primitiva hubo bastante polémica sobre si debían incluir estas dos cartas de Juan en el canon. El argumento de Calvino sencillamente no es convincente. Las Escrituras no nos dan seguridad en si mismas en cuanto a la inspiración, los autores que las escribieron y demás información.

         Sola Escritura no es razonable. Una de las maneras más fáciles de darnos cuenta de esto es leer los argumentos a favor de dicha doctrina. Lean ustedes a Martín Lutero o a Juan Calvino, y estos le convertirán a usted en Católico. Yo solía creer estos argumentos hasta que alguien me desafió… ¿por qué estaba yo creyendo que esos libros del canon eran inspirados, si estaba rechazando la autoridad de la Iglesia que los coleccionó en el siglo IV?

 


 

¿ES LA DOCTRINA DE “SOLA ESCRITURA” HISTORICA?

En el comentario bíblico de Jerónimo (Jerome Biblical Commentary), hay un artículo sobre el canon, que explica el proceso por medio del cual el canon de la Escritura fue formado. Muchos de mis amigos protestantes tienen la idea de que de algún modo la Biblia cayó directamente del cielo o algo así. En este comentario se habla de que hubo problemas a la hora de formar el canon de la Escritura, incluso cuando los apóstoles estaban aún vivos. En II Tesalonicenses 2: 2 san Pablo dijo: “No se dejen perturbar tan fácilmente. No se asusten por manifestaciones del Espíritu, o por rumores, o por alguna carta que pasa por nuestra, que dicen que el día del Señor es inminente.” Fíjense que Pablo dice que había cartas falsas que estaban circulando que decían que habían sido escritas por Pablo. Y la gente estaría leyendo y creyendo que estaban escritas por Pablo. El mismo nos habla de una carta que él escribió que se perdió; en I Cor. 5:9 “En mi carta les decía que no tuvieran trato con la gente de mala conducta.” ¿Sabían ustedes que I de Corintios es realmente II de Corintios? Y II de Corintios es realmente III de Corintios. Sería bueno encontrar la carta perdida de Pablo, I de Corintios. El punto que quiero comentar aquí es que había otras epístolas circulando por allí que eran falsas, incluso en tiempos apostólicos. La conclusión es que una de las doctrinas más importantes de la iglesia primitiva era que tenían que determinar cuáles eran verdaderamente las Escrituras. De una cosa podemos estar seguros, y es que la Biblia no puede darnos la respuesta a tal dilema. No hay índice divino que nos diga exactamente los libros que pertenecen al canon.

Además  sabemos históricamente que hubo gran desacuerdo en la Iglesia primitiva sobre muchos de los libros de la Biblia. Lee Mc. Donald, quien es Bautista, escribió sobre la formación del canon bíblico. Dice así: A muchos de nosotros se nos enseña en el seminario que la iglesia primitiva simplemente reconoció las escrituras inspiradas del Nuevo Testamento, y que su contenido fue aceptado como apostólico, esto es que fueron escritas por un Apóstol o en su defecto fueron autorizadas por un Apóstol … Así, dichas escrituras fueron reconocidas por la mayoría de las iglesias como inspiradas por Dios.”  Eso es lo que me enseñaron en Jimmy Swagart Bible College. No hubo problema con el canon. Como si Jesús hubiese dicho “Id por todo el mundo y escriban la Biblia, y dénsela a todos”. Pero fíjense que el comentarista al que me estoy refiriendo hizo su propia investigación, pues tomen nota de lo que dice: “Con relación a las Escrituras Hebreas se nos ha enseñado con frecuencia que Jesús, la autoridad más importante de la Iglesia, se inclinó o se refirió a un canon de las Escrituras Hebreas que estaba formado y cerrado.” De ningún modo él se refirió a esto. El citó escrituras en tres divisiones principales: La Ley, los profetas y las escrituras. Así, pues, la conclusión es que el canon estaba bien formado y cerrado. Claro que no hubo canon formado o finalizado en el tiempo de Cristo. Pero aun más importante, fijense lo que dice en el siguiente parrafo: “Este punto de vista tradicional ha estado surgiendo lentamente a través de los años, en gran parte debido a estudios realizados por hombres inexpertos”. Esto lo hemos sabido por unos un par de milenios. El continúa diciendo cómo en el proceso de selección de los libros del canon hubo gran desacuerdo en la iglesia primitiva. Al estudiar el proceso de la formación del canon es fácil hacerse católico.

No solamente es cierto que la doctrina de Sola Escritura no era conocida por la iglesia primitiva y los padres de la iglesia, sino que además estaban en desacuerdo en cuanto a lo que era la Escritura. Ustedes ya saben lo que debemos de hacer, según Jesús, cuando no estamos de acuerdo. El asunto ha de ser llevado a la Iglesia (Mt. 18:15-17), y la Iglesia tiene la última palabra. Eso es lo que Lee Mc Donald estuvo muy cerca de ver. El menciona como Clemente de Roma habla en su epístola acerca del canon, pero no del canon de la Escritura sino del canon de la Tradición. San Ireneo usa la misma frase, “el canon de la Tradición”, la palabra de fe en la iglesia primitiva era simplemente la Tradición, no las Escrituras… Sin Tradición no tenemos Escrituras. Y la Iglesia definió lo que es la Tradición y la Escritura. La palabra canon no se usaba para referirse a las Escrituras hasta el tiempo de Origenes en el tercer siglo.

 

Ahora vamos a ver cómo hubo mucho desacuerdo entre los mismos padres de la Iglesia sobre lo que verdaderamente era la Escritura inspirada.

Serapión, obispo de Antioquía, sobre 190 a.c., encontró algunos de su diocesis leyendo el evangelio de Pedro en la liturgia. El lo prohibió, pues pensaba que no había seguridad sobre su autenticidad. En aquel entonces no había canon reconocido. Circulaban documentos como: Los Hechos de Juan, el evangelio de Tomas, los Hechos de Tomás, la epístola de Barnabé, los Hechos de Pablo… Estos son mencionados por cristianos primitivos en sus escritos…

Tertuliano, por ejemplo, en su obra sobre el Bautismo, en el pasaje 17 dice que los Hechos de Pablo era un documento fraudulento. Sin embargo, San Clemente de Alejandría se refiere a este mismo libro concediéndole autoridad e inspiración de Dios. El, asimismo, consideró inspirados libros como: el Apocalipsis de Pedro y el Pastor de Hermas. El Apocalipsis de Pedro era leído cada viernes santo en la liturgia en Palestina hasta el comienzo del siglo quinto. Esto es muy significativo, amigos.

El Canon Muratorio era usado en Roma al final del siglo segundo,  y no incluía I y II Pedro, Santiago, III de Juan o Hebreos.

Eusebio, escribiendo en el siglo cuarto, menciona en su lista a Santiago, Judas, II de Pedro, II y III de Juan y Apocalipsis como libros muy disputados en su Historia Eclesiástica. Se refiere al libro de Apocalipsis como fraudulento, aunque también dice que algunos los aceptaban.

San Gregorio Nacianceno tenía dudas en cuanto a Hebreos, II y III de Juan y el libro de Apocalipsis.

San Clemente de Roma, el cuarto obispo de Roma, era contemporáneo de los apóstoles. Su epístola a los Corintios era leía como Escritura inspirada en la misa por unos cien años después de su muerte. Muchos creían que era inspirada por Dios en las iglesias hasta el siglo cuarto.

Hasta este día no sabemos quien escribió la epístola a los Hebreos. Debemos confiar en la Iglesia para que nos diga que es apostólica e inspirada.

Escuchen esta cita de Orígenes, quien fue uno de los hombres más brillantes en la iglesia primitiva: “Pedro, sobre quien se edifica la Iglesia de Cristo contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán, nos dejó sólo una epístola de reconocida autenticidad. Sin embargo, hay una segunda que es dudosa. Fijémonos que en una cosa todos estaban de acuerdo en el tercer siglo - nadie no ponía en duda - y es el que la Iglesia era edificada sobre Pedro. Pero en cuanto a si II de Pedro es parte de la Biblia no estaba seguro.

Finalmente, San Agustín en su epístola famosa contra los Maniqueos escribió: “yo no creería en el evangelio, si la autoridad de la Iglesia Católica no me hubiera movido a ello.” 

Históricamente, amigos, no hay ninguna razón para aceptar el canon de la Escritura, a menos que aceptemos la autoridad de la Iglesia que nos dio las Escrituras.

 

Ahora voy a hacer un comentario breve en cuanto a los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento, los cuales fueron rechazados del canon protestante en el siglo XVI. Deuterocanónico significa “segundo canon”. Estos libros son: Tobías, Judit, I y II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico (Siracides), Baruc, Daniel 3, and 13 y 14, y Ester 10:4 hasta 16:24. Cuando hablamos de deuterocanónicos, no debemos confundirnos con los apócrifos, pues hay gran diferencia entre ambos. Apócrifo significa que es dudoso, deuterocanonico simplemente significa “segundo canon”. ¿Sabían ustedes que hay libros deuterocanónicos en el Nuevo Testamento? Hebreos, Santiago, Judas, II de Pedro, II y III de Juan. Son libros sobre los que en su tiempo había incertidumbre, y fueron incorporados al canon posteriormente. Los protestantes llaman con frecuencia a los deuterocanonicos del Antiguo Testamento apócrifos. Escuchen esto. En el siglo tercero a.C. tomó lugar la traducción al griego de las escrituras hebreas llamada la Septuaginta. Se ordenó hacer durante el reinado de Tolomeo, en 285 246 aC. Esta traducción contenía los siete libros disputados.

Cuando usted lee en el N.T. hay como trescientas citas del A.T.  Adivinen ustedes cuántas vienen de la Septuaginta? 250 de 300.

Sin duda hay referencias a estos libros deuterocanónicos en el N.T. De hecho aun hay eruditos protestantes que reconocen este hecho. ¿qué les dice eso acerca de estos siete libros?  Es, asimismo, interesante que no hay referencias en el N.T. a libros como Rut. El nombre de Rut se menciona en la genealogía de Mateo, pero no se menciona ninguna referencia al libro. Así tampoco de Esdras, Nehemías, Cantar de los Cantares, Ester, Obadías, Nahúm o Eclesiastés. No hay ni una referencia en el N.T. a ninguno de estos libros. Así, pues, aquellos que dicen que la razón que no aceptan los deuterocanónicos es porque no son citados en el N.T., tampoco deberían aceptar los otros que de hecho aceptan como inspirados.

La verdadera razón que no aceptan esos siete libros es porque son católicos.

 

         Se han descubierto copias hebreas antiguas de Tobías y Siracides. Esto es importante, porque una de las razones que nuestros amigos protestantes no aceptan los mencionados siete libros es que dicen que los judíos no los aceptaban. Hubo un concilio en Jamnia en el año 90 d.c., después de la destrucción del Templo por los Romanos. Los judíos trataban de separarse de los cristianos. Ellos querían formar su canon, lo cual nos dice que no lo habían hecho anteriormente. Ellos no habían tenido anteriormente un canon formado y completo, pues la iglesia del A.T., al igual que la del N.T., se guiaba por la Tradición. Claro que las Escrituras son vitalmente importantes, pero es la Iglesia la que tiene la última palabra. Deuteronomio 17 es un paralelo a Mateo 18, la idea es que cuando hay algún problema entre hermanos se ha de acudir a los sacerdotes o levitas o los que Dios puso en autoridad, ellos decidirían.

Muy probablemente la razón por la que los judíos excluyeron esos siete libros de su canon en Jamnia, fue porque ellos querían separarse de los cristianos. Ellos buscaban tener una identidad judía, pues sin su templo estaban perdiendo su identidad. Ellos dirían “debemos deshacernos de toda esta influencia griega, y de los cristianos, pues estamos perdiendo mucha gente que se están haciendo católicos”. Así, pues, ellos dijeron “a menos que los libros estén escritos en Hebreo o Arameo, no vamos a aceptarlos en el canon”. De este modo se deshicieron de libros como Tobías y Siracides. Pero deben ustedes saber que se han descubierto en los manuscritos del Mar Muerto (Qumram) copias antiguas de Tobías y Siracides en Hebreo. Ahora no tienen ninguna razón para decir que no eran parte de las Escrituras. ¿Por qué no los quieren aceptar aún?  Porque estos libros son demasiado católicos, demasiado cristianos, contienen muchas cosas que no les gusta.

Finalmente los judíos etíopes estuvieron separados de los judíos de Palestina desde el tiempo de la formación del Talmud - La primera parte del Talmud, la Mishna, empezó a escribirse después del tiempo de Esdras, y sería escrito hasta aproximadamente entre los años 200-213 d.C. La segunda parte   sería escrito en otro par de siglos, y esta es la Tradición judía. Cuando los judíos formaron su canon más corto, sobre el año 100, se separaron, y no se volvieron a juntar hasta 1975, año en el que fueron aceptados como judíos verdaderos. Es muy interesante el hecho de que ellos tenían la Septuaginta como su Biblia. ¿Qué quiere decir esto? Nos dice que la Septuagista era la Biblia que los Judíos estaban usando en el tiempo de la dispersión en el año 70 d.c.. Pues los etíopes fueron dispersos y no tuvieron ningún contacto con los judíos de Palestina. Y fue después de ese tiempo que se deshicieron de los siete libros.

Ahora voy a mencionar referencias a la Septuaginta en el Nuevo Testamento. Siracides 28:2-5 “Perdona las injusticias de tu prójimo, y cuando usted ore sus pecados serán perdonados”. ¿Les sueno esto? No es palabra por palabra pero es muy cercano a Mateo 6:14-15 “Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes.” Jesús está aquí hablando a una audiencia judía que sabían muy bien a lo que se estaba refiriendo. No tengo tiempo de citar todas las referencias, pero haré algunas. En Tobías 12:12-15… Rafael era una de los siete ángeles que siempre ven el rostro de Dios. Si vamos a Apoc. 8:2-5 ¿qué vemos allí? “Yo vi a los siete ángeles que están en la presencia de Dios con siete trompetas”. Tobías 4:16 Escuchen esto:  “Miren que no hagan a nadie lo que ustedes odian que otro les haga”. ¿Les suena esto?  La regla de oro en Mateo 7:12 “todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas.” La única diferencia es que Tobías lo pone en negativo “no hagan a los demás”, mientras que Jesús lo pone en positivo “hagan a los demás”. Algunos dicen que hay escritos similares en la literatura pagana, pero Jesús no se está refiriendo a literatura pagana. Jesús era judío; él nunca viajó mucho más lejos de su tierra natal que abarcaba alrededor de 200 millas. El vino a los judíos (Mt. 15 “Yo no vine sino a por las ovejas perdidas de la casa de Israel”). El se limitó a las Escrituras del Antiguo Testamento.

En el libro de la Sabiduría 13:1-9 y Romanos 1:19-23 encontramos un paralelismo que aún eruditos y estudiosos protestantes reconocen. Es bastante obvio que san Pablo tenía presente esta cita de la Sabiduría cuando escribió esos versículos a los Romanos.

Hebreos 11:35 nos habla de mujeres que “recibieron a sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.” ¿Dónde ocurrió tal cosa en el A.T.? En I Macabeos 7. En la Biblia protestante no se pueden encontrar ninguna referencia a este pasaje de Hebreos. Recuerden los siete hermanos que fueron torturados delante de su madre porque no quisieron renunciar a  Dios. Y ellos dijeron “pueden matar nuestros cuerpos, poro nosotros sabemos que habrá una resurrección… resucitaremos de entre los muertos”. Hay muchísimos otros casos. La evidencia es que esos libros del A.T. fueron aceptados por los escritores del N.T., y, además, cuando nos adentramos en la iglesia primitiva, tenemos, por ejemplo, la epístola de Clemente a los Corintios (80 d.c.), nuestro cuarto obispo de Roma, el hace referencia a Judit. Tenemos a la Didaque, escrito entre 90 y 140 d.c., cita directamente a Tobit 4:15. El Pastor de Hermas, escrito alrededor de 140 d.c., menciona a II Macabeos 7:28. San Clemente de Alejandría, escribiendo 202 d.c., en su Instructor de Niños, cita a Baruc 3:36-38, y lo llama Divina Escritura. San Hipólito en 200 a.c. en su obra contra los griegos, en el pasaje 3, cita a Judit 16:21. Y hay más… Pero debemos parar aquí para seguir adelante…

 

¿ES LA DOCTRINA DE SOLA ESCRITURA UNA DOCTRINA BIBLICA?

         Hay desacuerdos en este punto entre algunos fundamentalistas y pentecostales, como Peter Racman… quien mantiene una posición totalmente anticatólica. El dijo que había un grupo aparte en el A.T. que tenía autoridad para interpretar la Escritura, pero eso terminó cuando Cristo vino. Ahora todos somos iguales, no hay más jerarquías. Sin Embargo, la mayoría de los protestantes no estarían de acuerdo con tal posición. Por ejemplo Jimmy Swagart en pg. 125 de su libro Catolicismo y Cristianismo dice que Sola Escritura ha sido siempre el medio que Dios ha usado para comunicar su Revelación al mundo, a través de la Biblia solamente.

Primeramente cuando miramos al A.T. no hay duda de que las Escrituras son Palabra inspirada de Dios. Todos estamos de acuerdo en este punto. Muchos de mis amigos protestantes con quien tengo conversaciones se refieren a versículos como Deut. 29:20; 4:2; 12;34; Josué 1:8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”. Especialmente versículos como Deut. 28:58; y 30:10 que enfatizan lo que ha sido escrito, “no te apartarás de lo que ha sido escrito ni a la derecha ni a la izquierda”. Eso es la Palabra de Dios. Ahora, bien, estamos de acuerdo con esto. Creemos que las Escrituras tienen autoridad y nos debemos someter a ellas; ellas son la Palabra de Dios. Sin embargo, ninguna de estas escrituras hace referencia a la doctrina de Sola Escritura. Esta es la clave. Nosotros veneramos la Biblia como Palabra de Dios. En los escritos del Vaticano II se dice que la Iglesia Católica siempre a venerado las Sagradas Escrituras. Sin embargo, en ningún lugar se nos dice que la Biblia es la única regla de fe, ni mucho menos el único medio usado por Dios para comunicar su revelación, como diría Jimmy Swagart. Este es el error fatal. Tanto en el A.T. como en el N.T. hay dos fuentes de la única Revelación de Dios: las Escrituras y la Tradición. El Magisterio de la iglesia, que está formado por el papa y los obispos,  interpreta la Escrituras a la luz de la Tradición. El Vaticano II dice que el Magisterio es el servidor de la Palabra de Dios.  No como algunos dirían erróneamente, que la Iglesia Católica enseña que hay una tercera autoridad que está por encima de las Escrituras. No, eso no es lo que la Iglesia enseña. El Magisterio es el servidor de la Palabra de Dios que interpreta las Escrituras infaliblemente, pero no es otra fuente de revelación.

En el A.T. tenemos claramente Tradición oral que está al mismo nivel que las Sagradas Escrituras. ¿Cómo sabemos esto? Saben ustendes que la mayoría de los profetas en el A.T. nunca escribieron. ¿Escribió algo Elías?, ¿Eliseo?, ellos hablaron la palabra de Dios… ¿Natán escribió algo?

 II Cronicas 12:5 dice: “Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho el Señor; Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac.” Semaías habló la palabra de Dios, pero no escribió nada, pero la palabra de Dios se cumplió, pues era palabra de Dios en el momento que la pronunció. Roboam no dijo “esto puede que sea verdad, pero no lo aceptaré hasta que primero no lo escribas”. Es la palabra de Dios cuando el profeta habla la palabra de Dios. Esta es la definición de Tradición oral.

 Juan en su segunda epístola dice: “Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara,”. Evidentemente había muchas cosas que Juan compartió con aquellos cristianos personalmente, las cuales no fueron necesariamente escritas.

La tradición oral tiene cierta preeminencia sobre lo escrito, pues lo oral es más efectivo que lo escrito; no porque sea superior, sino porque es más efectivo. Esto se debe a que somos seres humanos, y es más eficaz tener a un ser humano de carne y hueso que nos diga “Así dice Dios”. Como el profeta Natán cuando reprendió al rey David por su pecado de adulterio y asesinato. Necesitamos que alguien nos diga lo que dice el Señor, incluso cuando necesitamos ser reprendidos. Nosotros nos podemos auto justificar con mil argumentos engañosos, aun cuando leemos las Escrituras. Natán habló con la autoridad de Dios a David. Gracias a Dios que nosotros tenemos un hombre con la autoridad de Dios, que es el papa. Él puede decir “Así dice Dios”, en temas controvertidos como la ordenación al ministerio de las mujeres. Este tema  levanta muchas preguntas, incertidumbres e incluso rebelión. Podemos auto justificarnos de muchas cosas en nuestras vidas, podemos rebelarnos una y otra vez, pero la voz firme del papa sigue siendo oída, y ésta es la voz de Dios. Otros temas relevantes de hoy que podemos mencionar son los anticonceptivos y el aborto.  Tenemos al obispo de Roma y a los obispos en unión con él que hablan con esa autoridad divina, “Así dice el Señor”. Del mismo modo que la tradición oral es tan importante, el Magisterio es también importante, pues interpreta ambos: Escrituras y Tradición. Qué bendición es el tener este Magisterio que hace la labor de interpretar para nosotros.

Así, pues, tenemos la Palabra escrita, la Palabra hablada, y el Magisterio en el A.T. 

En Deut. 17 Moisés manda que se escuche al sacerdote en situación de conflicto, él decidiría. Quien no escuchase al sacerdote debía morir. Esto suena a jerarquía. No hay nada más claro que esto.

Exod. 28:30 el sumo sacerdote tenía el Urim y el Tumin, a través de los cuales traía la palabra de Dios. Así, pues, tenía autoridad de Dios. Los levitas, los jueces, todos los que estaban en autoridad tenían autoridad de hablar de parte de Dios en el A.T. Incluso Jesús reconoció esta autoridad del A.T. in versículos como Mateo 23:1-2 “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos”. De ahí viene la palabra “ex cátedra”, o sea “desde la cátedra” o silla de autoridad. Y Jesús dice a sus apóstoles “todas las cosas que os manden - el contexto es “desde la cátedra” (excatedra) - haced, pero no hagáis lo que ellos hacen, pues ellos dicen, pero no hacen” El reconoció su autoridad; así, pues, cuando los líderes hablaban con autoridad ellos debían obedecer.

 Juan 11:28-51 trata con la resurrección de Lázaro, los judíos tuvieron un concilio para saber cómo debían tratar con Jesús, querían deshacerse de él… porque “los romanos vendrían y tomarían su lugar y su nación”. Qué corrupción más grande había en ellos, y aún en medio de tal corrupción Caifás quien era el sumo sacerdote, se levantó y dijo “No sabéis nada. Es mejor para nosotros que un hombre muera a que la nación entera muera (y esto lo habló no por sí mismo, sino siendo sumo sacerdote ese año, él habló por el Espíritu Santo)”. Aunque era un hombre malvado que iba a llevar a Jesús a la muerte, él aún seguía siendo el hombre de Dios. Cuando él hablaba exc átedra (desde la cátedra de autoridad) había que hacer lo que él decía, aunque él no estuviese practicando lo que predicaba.  ¿Creen ustedes que esto no tiene nada que ver con la iglesia del Nuevo Testamento? Claro que si. Algunos dirían “y qué de Mateo 15 cuando Jesús dice en cuanto a la jerarquía del A.T. que ellos estaban haciendo todo tipo de actos hipócritas”.

Es necesario hacer una distinción entre los que es Tradición de Dios y tradiciones de hombres. Voy a explicarme. Pensemos por ejemplo en lo que se llamó la ley del Corbán.  En el A.T. se manda que debemos honrar a nuestros padres, y esto incluía el que había que cuidar de ellos cuando lo necesitasen. Algunos de los fariseos inventaron una ley que les convenía… Si alguien daba una ofrenda para el templo, quedaba libre de su obligación de tener que cuidar de sus padres. Jesús habló en contra de esto. Pero dense cuenta de que esta no era una enseñanza de autoridad (excatedra) - pues Jesús ya dijo que hay que hacer lo que enseñen por su posición en la cátedra de Moisés - Así, pues, está haciendo una distinción entre lo que es enseñanza oficial y enseñanzas de hombres. Jesús les llamó hipócritas, y se refirió a lo que dijo el profeta Isaías aplicándolo a ellos, diciendo que su corazón no estaba bien delante de Dios. Ellos estaban enseñando como mandamientos “tradiciones humanas”. Desafortunadamente esto también ha ocurrido en la historia de la Iglesia de diferentes maneras.

 Hemos tenido gran corrupción aún entre los obispos de Roma. Un ejemplo desafortunado de esto fue el papa Alejandro VI, quien vivió una doble vida. Sin embargo, debemos tener presente que no importa cuán corrupto un papa sea,  cuando él habla ex cátedra, como Caifás, él está hablando la Palabra de Dios infaliblemente, aun con el corazón corrupto, y Dios le juzgará por ello.

Hay muchas tradiciones del  A.T. que son citadas en el N.T., las cuales no han sido escritas en las Escrituras. Por ejemplo, al hablar del seno de Abraham (Lucas 16)… ¿dónde viene eso en el A.T.? No está ahí. Es una tradición de la iglesia del A.T.

 En Mt. 2:23, hablando de Jesús, dice “Y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.”. ¿Dónde enseña el A.T. que sería llamado “nazareno”? En ninguna parte. Se trataba de una palabra hablada, formaba parte de la tradición oral. Algunos tratarían de solucionar esto diciendo que se meciona en Jueces 13:5, donde dice que “el niño será nazareo”, pero aquí está hablando de Sansón, y además “nazareo” no tiene nada que ver con “nazareno”. El primero se trata de un voto de consagración a Dios muy determinado con ciertas demandas que podemos leer en la historia de Sansón. El segundo se trata de alguien de la ciudad de Nazaret.

II Timoteo 3:8 hace alusión a Janes y Jambres, que resistieron a Moisés… ¿Quiénes son estos? No se encuentra nada escrito en el A.T. sobre ellos.

Judas menciona la ascensión de Moisés y el libro de Enoch como libros con autoridad de Dios, pero no vienen en el A.T.

En I Cor. 10:4 Pablo habla de la roca que les seguía en el desierto, y esa Roca era Cristo. ¿Recuerdan cuando Moisés golpeó la roca y salió agua para que el pueblo bebiera? La tradición decía que la Roca les seguía. Esto no podrán encontrarlo ustedes en las Escrituras.

 

Ciertamente las Escrituras tienen autoridad. II Pedro 1:20-21 dice:

 

“entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.

 

Del mismo modo, tanto en el A.T. como en el Nuevo Testamento, tenemos la palabra de Dios hablada por los apóstoles y profetas, la cual estamos igualmente obligados a guardar. Lucas 10:16; Mt. 10:40 dice “el que a ustedes oye, a mi me oye; y el que a ustedes desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.” Fijense que no dice “el que lea lo que ustedes escriban, lee lo que yo digo”.  Está hablando de la palabra hablada. Jesús dice en Mt. 28:18-20:  “vayan por todo el mundo y prediquen…” no dice “escriban la Biblia y distribúyanla”. Dice “prediquen el evangelio a toda criatura, bautizándoles en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que observen todas las cosas que les he mandado, y yo esteré con ustedes siempre hasta el fin del mundo”. Dice que debemos enseñar TODO lo que él enseñó, eso incluye la tradición oral.

Cuando hablamos de la Palabra de Dios, debemos fijarnos en su sentido tridimensional. 1) La Palabra es una Persona, Jesús, 2) La Palabra de Dios es hablada (I Pedro 1:22-25… leyendo el contexto no se refiere ahí a la biblia sino a la palabra hablada y a una Persona, Jesucristo.). La Palabra de Dios no es un libro, sino que está viva. En II Tim. 3:16 y II Tim. 1:20 san Pablo habla de las Escrituras, no de la Palabra de Dios. Ahora, bien, yo no estoy diciendo que no sea la Palabra de Dios, porque lo es, eso lo sé por medio de mi tradición católica. 3) La Palabra de Dios también se refiere a las Escrituras.

II Tesalonicenses 2:15 “estén firmes en la tradiciòn que han sido enseñados, tanto de palabra como por carta.”. La palabra griega para tradición es “paradosis”.

Nosotros como católicos debemos tener muy claro lo que es esta tradición que san Pablo está mencionando aquí. Desafortunadamente, somos nuestros peores enemigos. Me refiero a que hay   gente en la iglesia que quiere tener la misa en un idioma en particular para todos, y hacer de eso un dogma. O que todos recibamos la Eucaristía de este o del otro modo…”  Hay tradiciones con minúscula y Tradición con Mayúscula. Cuando tomamos las tradiciones humanas como divinas estamos yendo contra nosotros mismos, estamos cometiendo los errores que cometieron los líderes religiosos del tiempo de Jesús. Muchos fuera de la iglesia piensan que muchas de nuestras costumbres humanas son parte de nuestra Tradición con mayúscula. Y esto es un error. Algunos han dejado la iglesia por estas cosas sin importancia. Debemos tener mucho cuidado y comprender lo que verdaderamente es nuestra Tradición.

 

Ya concluyendo, no los olvidemos que tanto en la Iglesia del A.T. como en la del Nuevo, encontramos estos elementos que forman la jerarquía y la autoridad de Dios: Una única Revelación que consta de dos partes: las Escrituras y la Tradición, y un Magisterio, formado por el papa y los obispos que tienen el carisma y la autoridad para interpretar éstos.

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